Joe Biden nombró como director de la División Penal del Departamento de Justicia, que investiga a su hijo Hunter Biden, al exsocio del abogado defensor de este, generando serias implicaciones de un conflicto ético.
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Nicholas McQuaid, exfiscal federal y ahora director de la División Penal, estuvo asociado con el abogado defensor de Hunter, Christopher Clark hasta el 21 de enero, cuando aceptó el cargo, según denunció el reconocido presentador Tucker Carlson de Fox News, de acuerdo con el siguiente video (en inglés).
“Tanto McQuaid como Clark fueron socios de derecho juntos en Latham y Watkins (un bufete internacional de abogados de élite) y trabajaron en los mismos casos justo hasta que McQuaid aceptó el trabajo en el Departamento de Justicia”, informó Carlson.
Y agregó: “El 21 de enero de este año, el mismo día que Nicholas McQuaid apareció en un comunicado de prensa del Departamento de Justicia, Latham y Watkins presentó una moción en el tribunal para retirarlo como abogado que trabajaba con Christopher Clark”.
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“Así que eso significa que Joe Biden puso como jefe de la División Penal al socio del tipo que su hijo había contratado para defenderlo contra la División Penal”, explicó Carlson.
Los datos suministrados por Carlson fueron verificados por Axios según informó este medio el 1 de febrero.
“Los conflictos potenciales entre los abogados que entran en el gobierno y sus antiguos clientes o bufetes son bastante comunes”, dijo Kedric Payne sobre este caso, director senior de ética del Campaign Legal Center.
Y amplió diciendo: “Esta situación es una de las muchas pruebas iniciales del compromiso ético de Biden, que parece estupendo sobre el papel, pero el tiempo dirá si es eficaz en la práctica. El cumplimiento de la ley es esencial”.
Hunter informó a mediados de diciembre que está siendo investigado por el Departamento de Justicia desde hace al menos un año, por algunos de sus tratos comerciales en el extranjero con empresas de China y Ucrania.
“Ayer supe por primera vez que la Oficina del Fiscal Federal en Delaware informó a mi asesor legal, también ayer, que están investigando mis asuntos fiscales”, dijo Hunter.
A pesar de las numerosas evidencias en su contra por posible corrupción en cuantiosos negocios internacionales, muchas de ellas publicadas por el New York Post con base en documentos hallados en un computador abandonado de su propiedad, la justicia no lo ha condenado.
Más aún, se sabe que el FBI tiene pruebas de sus actuaciones delictivas desde el 2015, pero no se han publicado los resultados de esas investigaciones, ni de los archivos del computador mencionado por el New York Post, que también se encuentran en su poder desde diciembre del 2019.
