Una nueva revisión sistemática de todos los estudios publicados que evalúan la potencial neurotoxicidad del fluoruro encontró que la sustancia química es un «peligro para el desarrollo cognitivo para los seres humanos».
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El debate sobre la fluoración del agua potable, una de las controversias más polarizadas, de larga duración y de altos decibelios en la salud pública, se ha reavivado a medida que nuevos estudios encuentran que el fluoruro es tóxico para el cerebro en desarrollo.
La semana pasada, el Programa Nacional de Toxicología (NTP) de EE. UU. publicó una revisión sistemática de todos los estudios publicados que evalúan la potencial neurotoxicidad del fluoruro; no se abordaron los beneficios del flúor con respecto a la reducción de la caries dental. Un comité de la Academia Nacional de Ciencias, Medicina e Ingeniería lo revisará este otoño. Este informe completo examinó cientos de estudios en humanos y animales sobre el impacto del fluoruro en el cerebro y la función cognitiva.
La mayoría, pero no todos, de los estudios de alta calidad evaluaron concentraciones de fluoruro que eran aproximadamente el doble del nivel agregado al agua potable o más. Sin embargo, al considerar toda la evidencia, su conclusión fue que «se presume que el fluoruro es un peligro para el desarrollo cognitivo de los seres humanos».
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La conclusión del NTP se vio reforzada por una síntesis de estudios de alta calidad que muestran que los niños que estuvieron expuestos a mayores cantidades de fluoruro durante el desarrollo cerebral temprano obtuvieron de tres a siete puntos menos en sus pruebas de coeficiente intelectual.
Su conclusión es trascendente; aproximadamente el 75% de los estadounidenses que utilizan sistemas de agua comunitarios tienen fluoruro en el agua del grifo. El agua es la principal fuente de fluoruro para las personas que viven en comunidades con agua fluorada.
¿Cuándo sabremos lo suficiente para revisar creencias arraigadas? Esto nos recuerda el descubrimiento de los efectos neurotóxicos del plomo que llevaron a la exitosa prohibición del plomo en la gasolina y la pintura.
A pesar de las advertencias tempranas de toxicidad por plomo, las acciones regulatorias para reducir la exposición infantil al plomo no se tomaron hasta que pasaron décadas de investigación y millones de niños más fueron expuestos.
Sabemos que el cerebro en desarrollo es sumamente sensible a concentraciones mínimas de plomo y otras sustancias químicas tóxicas. Además, los efectos irreversibles de las sustancias químicas tóxicas en el rápido crecimiento del cerebro de los niños enfatizan la necesidad de prevención.
No actuar sobre la base de la evidencia acumulada plantea preguntas profundas e inquietantes.
¿Por qué las creencias sobre la seguridad del flúor son tan intransigentes frente a la evidencia consistente de lo contrario?
Los costos superan a los beneficios
El flúor no ofrece ningún beneficio para el feto y el bebé y una nueva evidencia sugiere que el flúor es tóxico para el cerebro en desarrollo a niveles que se encuentran habitualmente en la población general.
Los beneficios del flúor en la prevención de la caries dental son predominantemente tópicos y ocurren solo después de que aparecen los dientes en la boca del niño. Afortunadamente, las mujeres embarazadas pueden usar pasta dental fluorada y, si quieren hacer más para prevenir las caries, pueden limitar su consumo de azúcar, una de las principales causas de caries.
La pérdida de un solo punto de CI para un niño individual es imperceptible, pero el costo social de millones de niños que pierden 5 puntos de CI, o más, es enorme. Una disminución de incluso un punto de coeficiente intelectual se traduce en una reducción del 2 por ciento en la productividad económica de por vida (aproximadamente $ 20,000), sin mencionar los costos educativos adicionales requeridos para los niños con un coeficiente intelectual más bajo.
Muchas organizaciones de salud y dentales en América del Norte recomiendan la fluoración del agua comunitaria. Dado el peso de la evidencia de que el fluoruro es tóxico para el cerebro en desarrollo, es hora de que las organizaciones de salud y los organismos reguladores revisen sus recomendaciones y regulaciones para asegurarse de que protegen a las mujeres embarazadas y a sus hijos.
Se pueden usar sistemas de filtración de agua especializados para eliminar el flúor del agua del grifo en mujeres embarazadas y bebés alimentados con fórmula. Las mujeres embarazadas también pueden evitar el té negro, que hiper-acumula el flúor. El agua embotellada generalmente contiene cantidades más bajas de fluoruro que el agua del grifo fluorada.
Algunos defensores de la salud van un paso más allá. En 2016, un grupo de ciudadanos solicitó a la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. que dejara de agregar fluoruro al agua potable porque es tóxica. La EPA rechazó la petición. En respuesta, el grupo de ciudadanos dio un paso sin precedentes y demandó a la EPA en un tribunal federal. Los abogados de la EPA argumentaron a medias que la ciencia era insuficiente y dijeron que la Agencia no tiene los recursos para regular el fluoruro bajo la Ley de Control de Sustancias Tóxicas.
En agosto, el juez Edward Chen del Noveno Circuito aplazó su decisión sobre si la fluoración representa un riesgo irrazonable hasta que el NTP publicó su informe.
La nueva evidencia cuestiona las políticas existentes sobre la seguridad del fluoruro para los cerebros en desarrollo de los bebés. Dado que existen alternativas seguras y que el flúor no beneficia a los dientes de los bebés antes de que salgan o aparezcan, es hora de proteger a los más vulnerables.
