Ante la inminencia de la guerra, el pasado 23 de febrero, el Instituto Schiller hizo un llamado para generar un debate internacional lo más amplio posible sobre la urgencia de convocar “Una Conferencia Internacional para establecer una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo para todas las naciones”. Para detener el impulso hacia la guerra, el llamado plantea que “es necesario adoptar un enfoque más fundamental, que es el establecimiento de un paradigma totalmente nuevo que garantice la seguridad y el desarrollo económico de todas las naciones del planeta”. El llamado evoca el precedente del Tratado de Westfalia de 1648, que puso fin a 150 años de guerras religiosas en Europa al comprometerse cada parte a garantizar el beneficio de la otra, mediante el desarrollo económico común.
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El llamado a “que las instituciones y los individuos de todas las naciones den un paso al frente y se unan a la movilización por una conferencia internacional que establezca una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo para todas las naciones”, tuvo eco en muchas personas e inició un proceso de reflexión que demostró su poder en el diálogo internacional entre líderes y ciudadanos de diferentes ámbitos que tuvo lugar en la conferencia del Instituto Schiller del 9 de abril en la que se debatieron los principios en los que debe basarse dicho paradigma.
La semana pasada, la atención al planteamiento del Instituto Schiller dio otro gran salto, impulsado por los seminarios consecutivos del Instituto Schiller, del 25 y el 26 de mayo. El seminario del 25 de mayo se centró en cómo frenar la expansión de la OTAN hacia Suecia y Finlandia, y el segundo, el 26 de mayo, reunió a cuatro expertos militares y de seguridad de Estados Unidos, Italia y Francia para dialogar con la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, sobre cómo frenar la locura de los políticos que amenaza con una guerra nuclear.
Un resultado esencial es que el Instituto Schiller se está abriendo paso entre las mentiras de la “OTAN Global” en las propias “entrañas de la bestia”, Estados Unidos y Europa. La gente que no creyó la mayor cantidad de las mentiras, pero que aceptó la más grande de todas, a saber, que “no hay nada que podamos hacer para detenerlos”, está comenzando a responder. Al ver las fuerzas que se reúnen en torno al impulso imparable del Instituto Schiller para hacer del desarrollo el nuevo nombre de la paz, la gente está recuperando algo de valor.
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Esta ruptura se refleja en el número cada vez mayor de visitas a la entrevista de más de una hora que el coronel retirado y ex senador estatal Richard Black le concedió el 26 de abril al Instituto Schiller, titulada, “Estados Unidos está llevando al mundo a la guerra nuclear”. Las visitas al original en inglés de esa entrevista se acercaban al medio millón la semana pasada. Tras los dos seminarios del Instituto Schiller de la semana pasada, las visualizaciones de la entrevista original de Black vuelven a subir, aumentando desde entonces en 120.000, y más de 30.000 sólo en el último día. Hace diez días fue subtitulada al portugués y las visitas en ese idioma superan las 16.000. El número de visualizaciones de la traducción al español se acerca a las 6.000. La gente se está suscribiendo al sitio electrónico del Instituto Schiller en YouTube por miles, y comienza a estudiar el material publicado allí.
El régimen de Kiev, dominado por los neonazis, y sus amos extranjeros, ¡no está contento! El domingo, el Centro Nacional de Defensa y Seguridad del Presidente Zelenski emitió su cuarta (mínimamente) advertencia desde su Centro Contra la Desinformación (controlado por la OTAN) de que el Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, el Coronel Black y otros participantes en los seminarios se equivocan y difunden “propaganda del Kremlin” cuando muestran que hay que presionar al régimen ucraniano para que acuda a la mesa de negociaciones.
Ya era hora de que hubiera esta apertura, y debe ser mucho, mucho más grande y más amplia en su alcance estratégico. La desintegración de la economía internacional se está estrellando a nuestro alrededor. En todo el mundo está estallando la gigantesca burbuja que domina al sistema financiero transatlántico, alimentada por 10 (diez) billones de dólares emitidos en dinero ficticio por la Reserva Federal y el Tesoro de Estados Unidos para salvar a los especuladores, desde septiembre del 2019 (mientras que Europa y Japón bombean otros casi 20 billones de dólares por encima de eso). Esto no sólo está derrumbando naciones enteras del sector en desarrollo –Pakistán y Sri Lanka son los protagonistas de hoy– sino también por el efecto que están teniendo las sanciones en Europa, además de la burbuja inmobiliaria y el sector productivo de Estados Unidos, lo que ha llevado a hablar de un millón de despidos este verano.
La vía de la paz es el desarrollo económico, y ello exige la creación, con urgencia, de un nuevo sistema financiero internacional, basado no en la especulación, sino en el mayor esfuerzo de desarrollo mundial en la historia de la humanidad.
Este será el tema de la conferencia internacional del Instituto Schiller del 18 y 19 de junio. Ahí se darán respuesta a las cuestiones planteadas por Helga Zepp-LaRouche en el período de discusión de la conferencia del 26 de mayo del Instituto Schiller:
“Incluso si se consigue una solución negociada para Ucrania, cosa que creo yo es absolutamente necesario, si eso sucede, no se acaban ahí los problemas. Todavía estamos ante un estallido hiperinflacionario del sistema financiero, que es el verdadero motor para el peligro de guerra, porque eso es lo que motiva a esa gente. Porque en vez de reformar y reconocer que el sistema neoliberal está acabado, prefieren lanzar una guerra.
“Por lo tanto, mientras que no se aborde el motivo subyacente, que es el colapso del sistema financiero, no creo que habrá solución. Pienso que lo que he dicho en términos de la arquitectura de seguridad y de la arquitectura de desarrollo internacional, es absolutamente la única vía. Y naturalmente, esto plantea la gran interrogante: ¿Hay alguna esperanza de conseguir que Estados Unidos cambie su rumbo?”
