Varios comentaristas han publicado recientemente artículos sobre sorprendentes descensos significativos en todo el mundo de los nacimientos registrados durante los primeros meses de 2022.
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«Jikkyleaks» publicó las cifras de Alemania.
«Making Waves» publicó las de Japón
«IDK» publicó las de los Países Bajos, aunque el tuit parece haber sido borrado.
Más noticias
«Birth Gauge» tiene estadísticas de varios países.
«O.S.» tiene las de Suecia.
«Orwell2024» tiene las de Hong Kong.
Como estos datos corresponden a los nueve meses siguientes al inicio de la implementación de la vacuna covid para la población en edad de procrear, busqué en los datos de GB para ver si podía encontrar algo similar.
La ONS no informa de los nacimientos vivos semanalmente, como hace con las muertes. Además, sólo publica cifras provisionales con carácter anual algunos meses después del año siguiente.
Sin embargo, Irlanda del Norte está mucho más actualizada y comunica los nacimientos vivos actuales con carácter mensual, los meses más recientes por mes de registro y los anteriores por mes de nacimiento (la autoridad estadística afirma que el 98% se asigna correctamente a los meses de nacimiento en los 42 días siguientes al mismo).
Con estos datos, he calculado la media mensual de nacidos vivos en cada mes durante los últimos seis años (2016-2021) y la he comparado con los datos de 2022. Los datos de enero a marzo de 2022 son por mes de nacimiento, mientras que los de abril y mayo de 2022 siguen siendo sólo por mes de registro, lo que suele suponer un exceso respecto al mes de nacimiento. El gráfico tiene actualmente el siguiente aspecto:
En los cinco primeros meses de 2022 el número total de nacidos vivos es un 8,9% inferior a la media de 2016-2021. Hay una caída especialmente grande en abril, que puede corregirse significativamente cuando se disponga de las cifras de abril del mes de nacimiento.
Así se ve un gráfico que compara el total de nacidos vivos del primer trimestre de 2022 con el de los seis años anteriores.
Se trata de un descenso muy importante, por lo que hay que preguntarse si las vacunas han tenido algo que ver. Si lo hicieron, ¿se ha producido un aumento del número de mortinatos o abortos espontáneos en mujeres que fueron vacunadas durante el embarazo, o las vacunas han impedido la fertilidad o la concepción de alguna manera; o más bien se debe a un nivel reducido de concepción en mujeres que fueron vacunadas y posteriormente evitaron quedarse embarazadas en el periodo anterior y posterior a la vacunación?
Si suponemos esto último, cabría suponer que las estadísticas acabarían mostrando si el efecto es o no transitorio. Si lo es, entonces con cada mes subsiguiente las estadísticas de nacimientos vivos seguirán a grandes rasgos las tasas de vacunación de la demografía fértil de los 9 meses anteriores, pero si el efecto es más crónico cada mes subsiguiente mostrará una tendencia a la baja a medida que aumenta el número total de mujeres vacunadas en la población.
Mirando los datos de Inglaterra y Gales de la UKHSA, se puede ver que el porcentaje de no vacunadas que da a luz empieza a descender rápidamente a partir de mayo de 2021 a un ritmo de entre el 5 y el 10% al mes.
Podemos suponer que el porcentaje de mujeres no vacunadas que conciben en 2021 sería similar a este grupo y, por lo tanto, sería una aproximación adecuada, ya que las futuras madres y las que aspiran a concebir deberían tener un nivel de riesgo similar para ponerse las vacunas. Así, por ejemplo, las que den a luz en enero de 2022 tendrían una representación no vacunada en el momento de la concepción similar a la de las mujeres que den a luz en abril de 2021. A continuación se muestran los dos escenarios en el mismo gráfico con el desfase de 9 meses entre ellos:
Los datos concretos de nacimientos vivos que tenemos para Irlanda del Norte son actualmente sólo para los tres primeros meses de 2022, y esos tres meses corresponden a una situación en la que más del 90% de las mujeres que dan a luz no estaban vacunadas en el momento de la concepción.
Los datos de los próximos meses mostrarán que, o bien no hay ninguna relación con las campañas de vacunación de 2021, o bien hay un efecto que disminuye a medida que nos alejamos de esas campañas. En este último caso, cabe preguntarse si se trata de un efecto adverso de la vacuna (que puede manifestarse como un aumento de los abortos espontáneos y los nacimientos de niños muertos, o como una reducción de la fertilidad) o si se debe a un cambio de comportamiento, ya que las mujeres evitan quedarse embarazadas en el periodo previo y posterior a la vacunación. En el peor de los casos, asistiremos a un descenso continuado de los nacimientos vivos debido a una reducción significativa de la fertilidad global.
