El nuevo presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, que está implementando un programa de identificación digital con código QR para acceder al gas , es un miembro dedicado y colaborador de la agenda del Foro Económico Mundial (WEF).
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De hecho, Ranil Wickremesinghe encabezó el impulso verde durante su tiempo como Primer Ministro que ha llevado a la crisis del combustible que actualmente asedia los bolsillos de los habitantes de Sri Lanka.
En 2016, Wickremesinghe escribió un artículo para el Foro Económico Mundial titulado » El futuro de la economía de Sri Lanka «, en el que expuso el papel de Sri Lanka en la reducción de las emisiones globales y la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles.
Según el artículo de Wickremesinghe:
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Las tradiciones culturales de Sri Lanka son tales que el respeto por el medio ambiente está arraigado en la psique de nuestro pueblo. Esto crea una oleada de opinión pública a favor del desarrollo sostenible. A raíz de la Conferencia Climática de París, me gustaría señalar que Sri Lanka se ha comprometido a lograr un uso de energía renovable del 20 % para 2030, por encima del actual 35 % de energía hidroeléctrica. La sostenibilidad ambiental es central en los planes de desarrollo del país. Al mismo tiempo, Sri Lanka está lista para ser un socio constructivo en las negociaciones climáticas globales.
Hilarantemente, o sería divertido si el estado de Sri Lanka no fuera tan trágico, Wickremesinghe escribió otro artículo para el Foro Económico Mundial en 2018 en el que se jactaba del progreso del país y afirmaba que «haría que mi país sea rico para 2025».
Debido a su estricto compromiso con el medio ambiente y los estándares ESG, World Economics otorgó a Sri Lanka una puntuación ESG (ambiental, social y de gobierno) casi perfecta de 98,1 sobre 100 , incluso cuando las señales de que el país iba a la bancarrota eran tan claras como el día. .
No obstante, Sri Lanka, liderada por líderes más preocupados por la señalización de la virtud global que por el bienestar de su gente, ha continuado su trayectoria actual y enfrenta crisis de combustible, alimentos y financiera simultáneamente.
Como informó anteriormente The Counter Signal, en el centro de la crisis de Sri Lanka se encuentra una política gubernamental que prohibió el uso de fertilizantes artificiales en el país para cambiar hacia la agricultura orgánica. En abril de 2021, el expresidente Rajapaksa prohibió todos los fertilizantes químicos en Sri Lanka, solo para revertir la política poco después.
Inicialmente, Sri Lanka estaba importando fertilizante líquido de nano nitrógeno no dañino de la India mientras prohibía a las empresas privadas importar productos sintéticos.
“El contenido de nitrógeno del fertilizante orgánico es de alrededor del 3-4 %”, dijo el experto en agricultura Udith Jayasinghe.
“Para el cultivo de arroz, se necesitan 80.000 toneladas métricas de nitrógeno para esta temporada. Esto no se puede hacer en su totalidad a partir de fertilizantes de compost en el país”.
A pesar de la reversión, el país se sumió en una escasez sistémica de alimentos y otros bienes. Sri Lanka, un importante productor de arroz, experimentó una caída del 30 % en los rendimientos del arroz en todo el país y la duplicación de los precios de las verduras.
“Somos un país tropical lleno de arrozales y plantaciones de banano, pero debido a esta estúpida prohibición de fertilizantes, ahora ni siquiera tenemos suficiente comida para alimentarnos”, dijo el exgobernador de Sri Lanka, Rajith Keerthi, a The Guardian .
“Hemos tenido crisis económicas pasadas, crisis de seguridad, pero nunca en la historia de Sri Lanka hemos tenido una crisis alimentaria”.
Además de esto, hay una crisis nacional de combustible que se ha vuelto tan grave que se han desplegado oficiales fuertemente armados en las estaciones de servicio para negar a las personas con «vehículos no esenciales» comprar gasolina a punta de pistola.
Ahora, el gobierno de Ranil Wickremesinghe está implementando una identificación digital de código QR a nivel nacional como parte de un esquema de racionamiento de combustible.
No está claro cuánto peor puede empeorar Sri Lanka, pero es poco probable que uno de los mayores contribuyentes del país a la crisis tenga los medios (o el deseo sincero) de sacar a Sri Lanka de ella.
