Nuestro planeta podría tener, en los próximos meses dos “lunas”, la habitual que nos acompaña desde la “noche de los tiempos” y una nueva que podría quedar retenida en órbita.
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La Tierra tiene muchos satélites artificiales activos orbitando desde 1957 y los restos de basura espacial, debido a la acción de atracción del planeta son muchos los pequeños asteroides que pueden quedar retenidos temporalmente para proseguir una trayectoria indeterminada con el tiempo.
Ahora ha sido un “cuerpo” celeste, el denominado como 2020SO el que acapara la atención de los científicos y astrónomos pues, según los estudios disponibles, quedará atrapado debido a la atracción gravitatoria de la Tierra en el mes de octubre y mantendrá una elíptica con foco en la Tierra durante, a priori, unos meses. De esta forma, se puede decir, que tendremos dos lunas.
El 2020SO se descubrió el 19 de agosto, inicialmente se creía que podría ser un asteroide, su órbita atípica y una velocidad muy lenta de lo normal hizo que se quisiera profundizar en su origen real y tras una serie de observaciones indirectas se ha llegado a la conclusión que no se trata de un asteroide, sino un objeto mucho más “terrícola” como lo es una de las etapas de un cohete tipo Centaur de la misión Surveyor 2 que tenía como objetivo establecer un módulo de aterrizaje en la Luna.
Este cohete se lanzó en el mes de septiembre de 1966 desde el mítico Cabo Cañaveral durante la Guerra Fría. Cabe destacar que la misión fracasó y la nave se estrelló con la luna el 22 de septiembre de 1966, tres días luego de ser lanzado. Pero sus vestigios aun siguen en nuestro entorno espacial más cercano.
Técnicos aeroespaciales realizaron las mediciones preliminares del tamaño de 2020SO, concluyendo que tenía una longitud de entre 6.4 y 14 metros, que está en el margen correcto de 12.68 metros del Centaur, por lo que que cada vez se determina más que pudiera ser esa etapa.
En los próximos días se podrían tener más datos del mismo mediante técnicas de espectroscopía que determinarán si tiene un material reflectante y su relación con el Sol.
2020SO se convertirá así en la “segunda luna” de la Tierra como han calificado, con cierta ironía, los astrónomos. Se calcula que tendrá dos aproximaciones máximas a la Tierra. La primera de ellas será a primeros de diciembre y la segunda el 3 de febrero según la base de datos de cuerpos menores del laboratorio de propulsión a chorro de la NASA (JPL). La etapa del Centaur estará órbita hasta la primavera.
Otras lunas
Otros satélite temporales fueron, por ejemplo el que el 14 de septiembre de 2006 acompañó a la Tierra y que tenía unas dimensiones de 5 metros de diámetro en órbita casi polar a la Tierra y que podría ser la tercera etapa de la Saturno S-IVB de refuerzo a la Apolo 12. Tiempo después se estimó que podría ser un asteroide que se pasó a denominar 2006 RH120.
Este asteroide volvió a su trayectoria en órbita solar tras 13 meses aunque se espera que regrese a la órbita de la Tierra dentro de dos décadas.
Igualmente el 15 de junio de 2016 la NASA comunicó de la presencia de un nuevo objeto posicionado en una órbita temporal a una distancia que se estimó podría ser entre 38 y 100 veces más lejos que la luna. Se denominó como 2016HO3 y es de un tamaño “grande”, de unos 40 por 100 metros y se calcula que entró en órbita terrestre hace aproximadamente 100 años estando posicionado por tiempo indeterminado.
Otro “satélite” es un asteroide troyano atrapado gravitacionalmente en el punto de Lagrange. Se llama 2010 CT7 y su longitud es de 300 metros de longitud.